Si vas caminando por los alrededores de la Plaza de los Novios en Santa Marta, en una de esas esquinas (de la calle 19), seguramente veras unas ventanas diferentes del estilo caribeño comun de la zona, es un remanso donde puedes huir del calor de la zona y de la música bailable, pues, parece una local extraido directamente de Francia, y no te equivocarás, al entrar, el cambio con el exterior es de continente practicamente, pero hasta allí llega lo bueno. Les cuento mi experiencia y espero mejoren, realmente tienen la estética para lograrlo.
El nombre Café Alegría Chocolate y Pan, me hizo querer entrar para ver las opciones de dulces que tenían, esperando fueran principalmente variaciones de panes y chocolates, pero el chocolate brilló por su ausencia, ya que la mayoría de las opciones fueron frutos rojos (mermelada con uno o dos cerezas quemadas), panes rellenos (con muy poco relleno, excelente para hacer dietas, pero no para disfrutar en medio de unas vacaciones), tortas de banana (con chocolate y nueces, en teoría), tortas caseras de otras frutas (piña, zanahoria), algunos cheesecake (frutos rojos y limón), y otros panes varios, en general, con una buena apariencia:
En comida, nos atrevimos con una torta de banana con chocolate y nueces, pésima experiencia, en cualquier casa la hacen mejor. Sin chocolate que se pueda apreciar, con un pizca muy diminuta de nuez, y solo con sabor a decepción.
Mi hijo en materia de postre corrió con mejor suerte, pidió un ojo de tigre, que es una especie de torta con un ojo relleno de nutella. Bastante cumplidor.
Mi esposa pidió un pan relleno de frutos rojos, bastante decepcionante en cuanto a cantidad y calidad del relleno, pues, los frutos estaban quemados, pero no caramelizados, y el relleno, era mermelada industrial, o por lo menos a eso sabía y parecía. En fin, un postre no recomendado
Como detalle, habian tres empleados detras de caja, más dos o tres personas relacionados con el negocio entrando y saliendo, siendo nosotros los únicos clientes, y la atención fue realmente deficiente, solo un empleado nos tomó la orden e hizo todo, los otros practicamente estaban impidiendo que quien sí estaba trabajando nos sirviera nuestra orden, en fin, parecía que atender clientes no fuera el propósito de este café, sino ser un centro de ocio y diversión entre los dueños y sus empleados. Una experiencia que prefiero NO repetir.
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